Ya regresé a este mundo de locos, a la tierra que un día yo quise dejar, pero nunca olvidé el pantano del hambre, la miseria enjaulada,
la mentira que al fin aprendió a caminar por las calles del odio.
Y por eso volví del silencio más puro a este ring de boxeo, porque solo al luchar sobrevive mi alma a su eterna condena, porque un día lloré cuando supe cual es mi papel en la historia, si me toca morir quiero que sea asi el paraiso soñado. Y solo verás energia flotando en un mar de luz que me invita a nadar. Me quedan los sueños que nunca soñé, me queda ese beso que nunca daré, me quedan las cosas que sólo vos ves y por eso yo canto, me queda tatuada en la piel tu canción, me queda pelear cada día de sol, me queda el lugar que al final encontré, donde sólo el que siente me podría ver, así yo volveré. Y alli sigue el valiente que amasija el ratón, lava polarizados tras un monitor porque todos lo saben, el rincón más seguro de la inseguridad, es mejor ser el rastro de un pobre puñal que una inútil espina. Y no pienso callar ante nada si todo es el juego de pocos, que cambian el rumbo con solo apretar algún triste botón. Y pienso dejar de nombrar sangijuelas que buscan la sangre para hacer negocios con mi corazón y venderte las sobras de la soledad llorará la pureza de todas las cosas que nunca serán. Y se mueren sin ver la verdad, todavia hay mucho que hablar.