Hay días en los que me atraes más que el mar al cielo. Días en los que odio tenerte cerca, en mi mente. En cualquier lado. Hay días en los que adoro que la luz solar rocíe mi piel con pequeños fotones, y días en los que la oscuridad es mi mejor aliada. Días en los que libero una guerra contra la coerencia, y acepto el poder volar, y días, en los que sigo una dichosa rutina. Hay momentos, instantes, en los que necesito de una nota musical, de esa nota musical que desprende tu boca, para animarme, y momentos en los que soy sorda. Hay días que me siento miscible con el agua, capaz de desaparecer por el desagüe, y días que me siento totalmente espesa, sólida, ¿humana?
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